El viaje de los árboles sagrados.

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Un día el pino, el piñón y el encino salieron de La Rumorosa para caminar hacia la costa. Después de un largo viaje el piñón se cansó y decidió quedarse a vivir en lo más alto de la sierra; el pino y el encino siguieron caminando. Al llegar al poblado de la Huerta el pino se cansó y se quedó a vivir con los indios kumiai quienes nombraron al lugar como El Pino Bailador. Desde entonces los cucapá ahí realizan sus últimos ensayos antes de llegar a la fiesta a la que cada año asistían. Por último, el encino continuó su camino hasta llegar a la costa, ya que quería que todas las tribus kumiai disfrutaran de sus bellotas con la que preparaban su alimento. Es por esto que todas las comunidades kumiai cuentan con encinos..

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LEYENDA KUMIAI.